❖ Alameda 20 de Noviembre
y Santuario de la Virgen
de Guadalupe
Tres cuadras al norte de la Plaza de Armas, por General Treviño, está la Alameda 20 de Noviembre (Melchor Ocampo y Degollado), y a tres cuadras al poniente de ahí, se puede visitar el Santuario de la Virgen de Guadalupe (Melchor Ocampo) de origen virreinal.
Es una construcción sencilla de aire neoclásico, pero en su interior alberga bellos retablos y varios lienzos notables, algunos de los cuales son de Antonio de Torres, pintor mexicano de los siglos XVII y XVIII.
Aloja, también, múltiples recuerdos de Evaristo Madero (quien nació en Río Grande, Coahuila y Texas, pero vivió y laboró gran parte de su vida aquí) y de Francisco I. Madero.
Es aquí donde estaba la Hacienda del Rosario, adquirida por el primero a fines del siglo XIX. En ella residió este personaje y desarrolló una parte de sus empresas. Al paso de los años, la hacienda se fragmentó y ahora sus casas y dependencias han quedado dispersas dentro de esta zona del pueblo.
❖ Agrícola Santo Madero
Uno no creería que fuera un territorio de buenos viñedos, pero lo es. Unos 25 kilómetros al oriente de Parras, en medio del desierto, aparecen algunas nogaleras y, algo más allá, este proyecto vitivinícola.
El rumbo está lleno de palmas del desierto (yucas) que se levantan con sus cabezas espinosas cinco o seis metros por encima del suelo.
❖ Antigua Hacienda de Perote
En la orilla poniente de Parras se localiza esta casa que elabora vinos y aguardientes, cuando menos desde mediados del siglo XIX. Se dice que un indio llamado don Pedrote merodeaba por estos caminos atacando las propiedades y conductas de los antiguos novohispanos.
Su nombre pasó a este predio que originalmente fue parte de las grandes haciendas virreinales de la zona. Más tarde, hacia 1865 lo adquirió el inglés Fernando Chapman.
Dado que este extranjero tenía problemas para pronunciar aquel nombre, al lugar se le conoció desde entonces simplemente como “Perote”. Décadas después pasó a manos de la familia Cuéllar, uno de cuyos descendientes, Ignacio Alberto Chacón Cuéllar, es el propietario actual.
Aunque Perote tiene un expendio en el centro, la visita a las bodegas resulta más interesante. El pequeño viñedo adyacente y las nogaleras crean un entorno campirano de gran belleza.
Junto a la tienda –punto al que todos los visitantes suelen llegar– están las bodegas con las viejas barricas, los tanques y las líneas de embotellado y etiquetado.
Afuera hay una gran pila que recoge el agua de manantial. Y como parte del mismo conglomerado de edificios están el hotel y el restaurante. Entre las casas vinícolas, Perote es pionera en los servicios de hospedaje desde 2003.
Un imperdible en temporada de migración, es la visita a la cueva para observar la salida de cientos de murciélagos.
Otros atractivos:
❖ Barro Viejo
❖ Bodegas El Vesubio
❖ Bodegas Segobia Fuantos