❖ Barrio de Tlaxcala
Cuatro cuadras al poniente del Jardín de San Francisco se encuentra lo que fue el barrio tlaxcalteca.
En él se abre una linda plaza donde se sitúa la Capilla de Tlaxcalita, en cuyo interior verás un deslumbrante altar barroco dedicado a la Inmaculada Concepción; también cuenta con un bello camarín de planta octagonal, único en la región.
❖ Pasaje subterráneo
Pasa una noche o, al menos, la tarde en el hotel boutique El Mesón del Conde. Es un antiguo mesón a medias reconstruido —en el patio interior, la parte que no pertenece al hotel está casi en ruinas, mientras que la otra reluce con sus arcos recién pintados—.
El resultado es una extraña pero intrigante atmósfera, como si el pasado y el presente se hubieran puesto a dialogar de un barandal a otro.
Seis cómodas habitaciones, una terraza, un pequeño salón de billar y una cocina hecha de talavera forman parte de sus atractivos.
Nadie debe perderse una visita a su pasaje subterráneo, cuya salida está adornada con herramientas de minero y, un poco más al fondo, algo escondida, se encuentra la imagen de un Cristo negro.
❖ Templo de San Francisco
e Instituto Municipal de Cultura
El interior del Templo de San Francisco resguarda tres fulgurantes retablos barrocos. Los laterales, de columnas salomónicas, guardan con cariño las figuras de la Virgen de Guadalupe y San Antonio de Padua.
El altar principal, en barroco estípite, está dedicado a Nuestro Padre Jesús —adorada imagen de Pinos—, sobre él se encuentra San Francisco de Asís y, más arriba, una réplica del Cristo Negro de Esquipulas, portando una curiosa peluca güera.
En la puerta de la Capilla de la Virgen de la Soledad se observa la imagen del “Cristo Roto”, una figura de pasta de caña de maíz que por accidente quedó mutilada.
Por su parte, el convento ha visto correr demasiada historia. Fue cuartel militar, rastro y escuela. Hoy funciona como el Instituto Municipal de Cultura.
Aquí se imparten talleres de manualidades y se llevan a cabo exposiciones. Su patio fue restaurado, procurando restituir los pigmentos naturales que usaban los artistas indígenas en el siglo XVII en arcos y columnas.
Otros atractivos
◆ Museo Comunitario IV Centenario
◆ Plaza de Armas
◆ Parroquia de San Matías
◆ Torre del Reloj Público